La posibilidad de jubilación a los 61 años ha sufrido cambios de criterio que han provocado una polémica durante este verano y la reacción de diversos colectivos. La Seguridad Social envió a principios de agosto un nuevo cambio en la interpretación de la Ley y que instaba a los funcionarios a considerar como asimilados al alta a todos aquellos que hubieran suscrito un Convenio Especial con la Seguridad Social, lo que significa que se les debe aplicar la nueva legislación sobre jubilación que retrasa la edad mínima hasta los 63 años.
Según ésta podrán jubilarse anticipadamente aquellos que tengan 33 años cotizados al cumplir los 63 años, en vez de poder jubilarse con 61 años con 30 años cotizados. Dentro de esta nueva legislación se establecieron dos excepciones que podían seguir jubilándose a los 61 años. Éstos eran aquellos que acordaran con la empresa una jubilación flexible o anticipada y que como consecuencia de ese acuerdo firmaran un convenio con la Seguridad Social y aquellos que fueran despedidos antes del 2013 y que no se volvieran a dar de alta en algún régimen de la Seguridad Social.
Con el primer cambio de criterio que se realizó en junio, fue el segundo caso el que se vio afectado, ya que se consideraban como asimilados al alta aquellos que firmaron un convenio individual con la Seguridad Social de forma particular sin que fuera consecuencia de un acuerdo con la empresa de la que fueron despedidos. Con el segundo cambio de criterio, ha sido el primer colectivo el afectado ya que se extiende la consideración de asimilado al alta al cualquiera que haya suscrito un convenio especial con la Seguridad Social.
Según el Ministerio de Empleo, pueden llegar a 7.000 los casos afectados cada año hasta llegar a 2019, los afectados por estos cambios de criterio para la jubilación a los 61 años. Esta semana se va a producir una reunión con sindicatos y empresarios para analizar la repercusión de los cambios realizados y su posible modificación.
