Lo primero que pensamos cuando queremos emprender es qué tipo de negocio vamos a comenzar, si lo vamos a hacer con algún socio, las oportunidades dentro de nuestro sector, cuantos trabajadores necesitamos,… etc. Lo último probablemente, y que a veces se nos olvida incluirlo en nuestras planificaciones de negocio, es qué impuestos tendremos que pagar y cuánto nos va a costar empezar.
Si te has decidido por ser autónomo lo tienes más fácil. Además de los permisos para el local de tu negocio ( si es que tienes ), no tendrás que desembolsar nada más para poder comenzar.
Una vez arranques, tendrás que abonar la cuota de autónomos mensualmente a la Seguridad Social. Tu puedes elegirla dentro de unos límites. Además de esto, trimestralmente habrá que pagar a Hacienda un 20% de los beneficios que obtengas en concepto de pago a cuenta del IRPF. Es decir, como adelanto de lo que tienes que pagar en la declaración de la renta. Si es menos te devolverán lo que sobre.
En caso de que prefieras constituir una sociedad, hay algunos gastos más. En primer lugar, la constitución de la sociedad tiene unas tasas que pagar a notario y registrador. El mínimo es de 100 euros entre los dos.
En el momento de constitución además hay que desembolsar el capital social. Totalmente si es sociedad limitada y un mínimo del 25% si es anónima o cooperativa.
Si eres socio y trabajador de la sociedad tendrás que darte de alta como autónomo o en Régimen General, en función de la participación en la sociedad, y pagar las cuotas mensuales.
También es necesario presentar anualmente el Impuesto de Sociedades en el que se paga a partir de un 20% de los beneficios obtenidos en el ejercicio.
Tanto si se ha optado por ser autónomo como por constituir una sociedad, se está exento del Impuesto sobre Actividades Económicas los dos primeros años, y a partir del tercero siempre que el importe neto de la cifra de negocios no supere el millón de euros en un ejercicio.
Así mismo, en ambos casos se deberá de presentar la declaración de IVA. Del mismo modo la de pago de retenciones de IRPF a trabajadores, profesionales, arrendadores,… siempre que tengamos que abonar alguna retención a Hacienda de cualquiera de ellos.
Este es un resumen general de los gastos más comunes que nos encontraremos cuando queramos iniciar una actividad. Es importante tenerlos en cuenta en nuestra planificación para no llevarnos sorpresas y saber con exactitud el dinero que necesitamos.