El pasado 10 de Septiembre por fin se publicó en el BOE la Ley para el fomento del trabajo autónomo y la economía social.
¿Por qué lo redactamos a modo de pregunta? El Gobierno pretende conseguir con esta ley que el autoempleo crezca en 550.000 personas hasta 2.019. ¿Pero realmente se fomenta el trabajo autónomo? Llevamos casi un año escuchando en los medios de comunicación alentados por el Gobierno que era un despropósito suspender la bonificación de 50 euros a todos aquellos autónomos que estuvieran pagando la cuota mínima de 50 euros y contrataran a su vez trabajadores, y que esta situación se iba a terminar muy pronto. Es de recibo que si un autónomo está creando puestos de trabajo, el Estado le facilite la tarea, y no le ponga más piedras en el camino como estaba sucediendo hasta ahora.
Muchos autónomos que pagaban la cuota reducida han contratado trabajadores dejándose llevar por el incesante chorreo de noticias al respecto, y se han encontrado, meses después, con la sorpresa en su buzón: una carta de la Seguridad Social reclamando la diferencia, es decir, de 50 euros a los 265 que está ahora mismo la broma, de todos los meses que hayan transcurrido desde que contrató al trabajador o trabajadora hasta el día que que la recibe. ¿Eso es fomentar? No, perdonen, eso es engañar. No podemos estar hablando casi un año de una medida que que no se aplicará hasta el próximo mes de octubre y que no se ha publicado en el BOE hasta hace unas semanas.
Dentro de la nueva ley, se protege especialmente a los autónomos víctimas del terrorismo y de la violencia de género y las personas con discapacidad que verán incrementado el tiempo durante el que pagarán 50 euros en seis meses más, es decir, un año en total.
¿La segunda oportunidad es real?
En principio se permitirá a todos los nuevos autónomos, independientemente de la edad, la posibilidad de capitalizar hasta el 100% de la prestación por desempleo para facilitar la inversión y los gastos iniciales del nuevo proyecto empresarial. El autónomo percibirá todo lo que le corresponde en un único pago, o también se podrá elegir la capitalización solamente de una parte y utilizar el resto para hacer frente a las cuotas de la Seguridad Social, o bien utilizar todo el importe para esto último. Esta medida mejora el emprendimiento inicial, pero, ¿después? ¿Se establecen medidas para conseguir que la actividad empresarial sea estable y se protege al autónomo en momentos de pérdidas o flaqueo del negocio? Creemos que en este punto todavía queda mucho por hacer.
Las únicas medidas de protección están orientadas hacia los autónomos trade o dependientes, que se caracterizan porque el 75% o más de sus ingresos provienen de un sólo cliente. La nueva ley establece que estos autónomos podrán contratar trabajadores que los sustituyan en caso de maternidad o paternidad, motivo por el que hasta ahora la empresa podía extinguir el contrato con una causa justificada.
En el apartado de Economía Social, se amplían algunas de las bonificaciones a la contratación que ya existían a todos los tramos de edad. Para los mayores de 30 años se aplicará una bonificación de 800 euros durante tres años, y de 1.650 euros si el trabajador es menor de 30 o menor de 35 con una discapacidad igual o superior al 33%, y fomenta, mediante la ampliación de subvenciones y ayudas, la contratación de los trabajadores con mayores dificultades de inserción.