
La ley de emprendedores que prepara, prepara, y sigue preparando el Gobierno continúa arrojando buenas noticias para los autónomos. Nos hicimos eco de algunas de ellas hace algún tiempo: Cuota de autónomos, posible bonificación del 50 %, y algunas “ventajas con letra pequeña”: Ley de emprendedores: IVA de pymes y autónomos.
Esta vez, el plan que anunció el pasado jueves Soraya Sáez de Santamaría consiste en salvaguardar la propiedad y un mínimo de sueldo a los autónomos que fracasen en su primer intento empresarial, para que puedan emprender un segundo camino.
El Ejecutivo ha concretado los conceptos que podrían blindarse: un mínimo de renta equivalente al Salario Mínimo Interprofesional (641,00 €/mes) y la vivienda habitual. Eso sí, ha dejado caer que estas medidas se aplicarían a los autónomos que hayan fracasado debido a la mala situación económica y no a los que hayan tirado la toalla por otros motivos.
Sáez de Santamaría, habló también del “capital semilla”, consistente en la creación de un fondo de inversión para emprendedores de 40 millones de euros, canalizado a través de Enisa, el proyecto se llamará Spain Startup Investiment Fund. Enisa cuenta ya este año con un presupuesto de 100 millones de euros en créditos participativos para cofinanciar junto a “socios e inversores seleccionados” a empresas de reciente creación. Esperemos que fluya el crédito de una vez entre las pymes, puesto que la inversión media para emprender un negocio está entre 6.000 y 8.000 €.
La Federación Nacional de Trabajadores Autónomos (ATA), aplaude estas futuras medidas y se muestra interesada en que se apliquen otras normas favorables para el colectivo, como la que también podría enmarcarse dentro de la ley de emprendedores: incluir a los autónomos que son personas físicas entre los primeros en cobrar en caso de concurso de acreedores. Actualmente, se prioriza a los trabajadores, después a Hacienda y Seguridad Social y por último a los autónomos dependientes, bancos y grandes empresas.
De esta forma, se equipararía a los autónomos que no tienen sociedad al mismo nivel que los dependientes (los que trabajan solamente para un cliente). Es una petición muy lógica ya que es evidente que los autónomos no tienen los mismos recursos que las grandes compañías para superar esta situación.
En definitiva, se trata de hacer más sencillo y cómodo el camino del emprendedor, como medida de reactivación económica. Por dar un dato: el 80 % de las empresas en España tienen entre ninguno y dos trabajadores, y son las que generan el 40% del empleo.
La ley de emprendedores estaba prevista para el mes de junio, autónomos y pymes la esperan como “agua de mayo”, aunque sigue retrasándose mucho, por lo que todo apunta a que acabará convirtiéndose en “agua de septiembre u octubre”. No entendemos cómo algo tan necesario se está haciendo esperar tanto, el Gobierno debería empezar ya a aplicar las reformas, no olvidemos que desde la creación de una norma hasta que ésta da sus frutos tienen que pasar meses e incluso años. La paciencia de autónomos y pymes está agotada y la situación no está para tanta demora.
Fuentes: Cinco días, El Mundo.